domingo, 18 de agosto de 2013

LA SOMBRA DE LA LUNA, de José Antonio Cotrina

Atención: spoilers.

La Luna Roja ya ha salido y los supervivientes de La Cosecha de Samhein se han visto transformados en monstruos debido al poder del astro. Ellos son la única esperanza de Rocavarancolia, sobre todo ahora que Hurza  parece haber tomado las riendas de la situación y tiene de su lado a la mayoría de los miembros del Consejo Real. Sin embargo, no les será nada fácil, pues deberán aprender cuanto antes a lidiar con su nueva naturaleza... Y con la guerra que se aproxima. 


Aunque no posee spoilers de ningún libro de la trilogía, conviene haber leído, al menos, los dos primeros títulos.

Este es el tercer y último libro de El Ciclo de la Luna Roja, cuyo dos títulos anteriores fueron La Cosecha de Samhein y Los Hijos de las Tinieblas. Como ya sabréis si habéis leído las reseñas, es una de las trilogías que más me ha enganchado en los últimos tiempos y con la que más he disfrutado, gracias a la gran cantidad de magia y fantasía que emana la historia y a la narración tan adictiva y juvenil del autor. Además, tenía especial interés en este último tomo, no sólo por ser el punto y final, sino porque el anterior había dejado tantos frentes abiertos que no sabía cómo se desarrollaría todo finalmente. Y he decir que, pese a haber encontrado ciertos fallos, ha sido un gran desenlace. 

La historia sigue esa tradición de ofrecernos altas dosis de acción y magia a raudales, en cantidades prácticamente industriales. Todo se desarrolla paulatinamente y llega a ser completamente creíble, algo que para mí es totalmente indispensable en un libro de fantasía (no me gusta que todo ocurra por obra y gracia del Espíritu Santo. La magia es capaz de hacer muchas cosas, pero no tomarnos el pelo). Cotrina nos regala subtramas tan interesantes como el hilo principal del libro (a veces, incluso mejores), matizándolas y dándolas forma tan bien que, al final, todo acaba siendo parte de un mismo conjunto donde, al parecer, nada queda suelto. Además, en este desenlace se ha dedicado a deshojar un poco más la historia de Rocavarancolia, dándonos muchas más leyendas y acontecimientos del pasado. 

Sin embargo, aquí es donde reside uno de los mayores puntos débiles que encontré en la obra. El autor juega tanto con estos aspectos del pasado que, en ocasiones, tenía la sensación de que se olvidaba de lo verdaderamente importante. Dedicaba demasiado tiempo a desentrañar antiguas criaturas o etapas históricas que, realmente, poco valor y peso tenían en la trama principal. Esto sucede sobre todo en las últimas doscientas páginas, cuando nos encontramos de lleno en el final. No quiero decir que no todo fuera completamente prescindible o cuya única función fuera la de rellenar; es más, hay ciertas leyendas muy importantes para el desarrollo de la novela. No obstante, esto hacía, inevitablemente, que la lectura se volviese ciertamente pesada y, en ocasiones, repetitiva. Me enganchaba, sí, y hasta un punto inimaginable, pero mentiría si no dijese que me costó un poco acabar el libro por la razón que acabo de explicar. Creo que con algunas menos páginas hubiese conseguido el mismo resultado, aunque, cierto es, nos habríamos perdido algunas cosas que, a pesar de ser fácilmente olvidables, eran interesantes. 

Hay otro aspecto que también me hizo un tanto costosa la lectura (y vuelvo a reiterar que esto sucede, sobre todo, al final): el hecho de narrar la misma escena desde muchos tipos de vista diferentes. Esto puede ser tanto positivo como negativo. Es bueno en el sentido de que nos da una imagen más elaborada y global de todos los personajes, tanto en general como en particular, pero también es malo pues se repite lo mismo una y otra vez. 

Ahora, un dato al que no voy a englobar dentro de lo negativo (pero tampoco de lo positivo) es algo que descubrí junto a mi amiga Marta y me parece interesante de debatir. Cotrina parece tener especial predilección en darle relevancia a un personaje que no ha tenido demasiada importancia a lo largo de historia cuando está próximo a morir. 

¡Spoiler, spoiler! Ambos nos dimos cuenta ello cuando, en el segundo libro, Rachel empezó a acaparar numerosas escenas cuando anteriormente no lo había hecho. Finalmente, a mitad del libro, murió. Esto también sucedía con Ricardo o, en este último título, con Esmael. ¿Casualidad? ¡Fin del spoiler

Puede ser positivo, pues nos prepara para lo peor, pero, si eres un poquito avispado, te destripará partes fundamentales. 

Para no eternizar mucho más la reseña, os comentaré algo sobre los personajes. Como vengo diciendo desde siempre, lo bueno que tiene el autor es que sabe crear buenos personajes, muy bien matizados y absolutamente realistas. A algunos llegas a amarlos de verdad y a otros, aborrecerlos (o ambas cosas al mismo tiempo). No obstante, hay ciertos protagonistas que no llegan a cuajar del todo, ya sea por su poca participación en la historia o por cualquier otro motivo. Aun así, me gusta la caracterización tan acertada que les da a a cada uno, haciéndolos únicos e irreemplazables. 

Creo que aquí concluyo ya mi crítica, no sin antes deciros que, aunque la reseña se haya centrado un poco más en la parte negativa, La Sombra de la Luna tiene una buenísima trama con un poder de adicción impresionante, a pesar de tener ciertos fallos fácilmente salvables. No sólo sigue la estela de los anteriores libros, sino que, además, consigue mejorarla. El Ciclo de la Luna Roja posee todos los ingredientes necesarios para convertirse en una trilogía indispensable en las estanterías de todo amante de la buena literatura juvenil, donde la magia, la destrucción, los monstruos, la muerte e, incluso, el amor, se entremezclan de una manera extraordinaria. ¡Recomendadísima!

4/5

2 comentarios:

  1. bieeeen ^^ Ahora a por el nombre del viento jajajaja si te leíste el de la amish, con ese tochaco puedes :P Uno beso!!

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    1. Aunque no lo creas, he pensado seriamente en retomarlo (ahora que he visto que sacarán la serie) xD ¡Pero no prometo nada!

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